Valparaíso

Valparaíso
1910

ESTO ES EL INFIERNO.
























La ciudad ha reventado con todos sus gusanos.
La ciudad ya es el cadáver que desprecian.
Los hijos prístinos de ilustres nadadores que los peces envidiaban
no merecen asistir a la vejez.
Se han convertido en gusanos,
en ajenos despreciables.
La han pateado, escupido
y dibujado con sus dedos un maquillaje de ridículas.
Genitales de payaso son sus despreciadas alboradas
todo huele a orina de pirata.
Oh, loba del 70´ con tus 7 espejos
y tu rostro de 7 pecados capitales
para 7 besos seminales
que eran las virtudes también 7
de mis 7 sacramentos
y por lo cual las 7 gracias concediste.
A ti rogamos
A ti imploramos
Y hágase tu reino.
Dónde ardiste amada mía,
en cuál quemado escombro
esos despiadados te lanzaron.
Nadie ve tus ojos límpidos de escamas
en la moraga aleteando todavía
porque nadie sabe lo que es volver a los recuerdos
y quedarse parado pecho a pecho en el vacío.
Valparaíso es un infierno.
Detrás de las paredes no hay anónimos amables
sino bestias del averno que son restos
de la muerte cultivando los olvidos.
¿Dónde está el prudente campanazo al mediodía de un domingo?
¿La pura campanada de la risa en los colegios?
¿Dónde están los atalayas del honesto y del prudente
vigilante al humo disidente que negrea el horizonte?
El campo de batalla
se ha cubierto de inmundicia y monumento.
Y tú estudiante dime tú
osado y pedante pensador futuro.
Di tú
cuáles son tus aulas del desprecio
las clases que aplanaron todo el contenido de tus alas.
Pregúntate entre beso y paso
qué amas en este subterráneo de basuras
qué líquidos navegan tu efebo pensamiento.
¿Qué pedazo del Hombre vivir aquí pretende?
Ni marinos, ni las novias.
Ni siquiera un párroco
barriendo las capillas cebaría a una paloma
para salvarse del castigo.
Oblígate a encontrar al panadero,
al zurcidor de calcetines.
Al carnicero que ríe con el lechero equivocado
Al peluquero con tijeras y al cantinero que habla seis idiomas.
Oblígate a patear una moneda de diez pesos
y aprende del bostezo
todo el contenido de los sueños.
Oblígate a comprar una postal con estampillas
a saludar al sindicato de los equilibristas.
Y al bombero acurrucado en el Partido Radical
hazle un nudo a su manguera.
Besa al docente con su panal de mieles
porque nada en la vida es más dulce
que un suspiro del maestro.
Hazlo sin los miedos que te cuentan
porque sólo así
tendrás derecho a una ciudad en la vejez lejana
para compartirla con tu hijo y con sus muertos.

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