Los zapatos;
auténticas llamas negras
iban y venían con sus dedos abiertos hacia la tierra.
Iban enjambres rasantes invadiendo construcciones
venían bandadas
y esperaban como inquietas raíces
en la madrugada conventillo.
Las interminables voces que se arrastran
por los nunca vacíos techos
lamen sus garras de bodegas.
Quien despierta a las seis de la mañana
comienza termina
destruyendo el pasillo por donde corren los vecinos
Por él pasan todos en su vuelta al mundo;
arriba viven solo ruidos
pisadas orines catres corridos
arriba abajo
el un dos
el jab de izquierda
ya no puede pasar gente por este pasillo
todo nos bebe y estruja furioso,
el talón, la suela y el tobillo.
Alguien se hunde en una pared
Morirá atrapado en una vidriera
para regocijo del dependiente
Dormiremos en los peldaños
Podremos llegar antes que los codos
el turno de cruzar La calle Prat nos pertenecerá
la circulación del día
el pasar por el mañana.
con un día más de vida.
