Valparaíso

Valparaíso
1910

7.- El Puerto













Dibujo de Germán Arestizabal)




Se abren tus aguas al cuchillo de proas
y en torbellino de gasas la alta mar vaporosa
mira el perverso oleaje de su azulada boa
bajo el vestido de la oscuridad poderosa
Baudelaire de pie cruza 
frente a los buques de guerra
sobre la nave surta en cualquier librería.

Un puerto es morada agradable para un alma fatigada de las luchas de la vida.
La amplitud del cielo, la arquitectura móvil de las nubes, el colorido cambiante del mar, el centelleo de los faros, son un prisma adecuado y sorprendente para distraer los ojos sin agotarlos jamás.
Las formas esbeltas de los navíos de aparejo complicado, a los que la marejada imprime oscilaciones armoniosas, sirven para conservar en el alma el gusto del ritmo y de la belleza.
Y además, sobre todo, hay una suerte de placer misterioso y aristocrático para el que ya no tiene curiosidad ni ambición, en admirar, tumbado en la azotea o apoyado de codos en el muelle, todos los movimientos de los que se van y de los que regresan, de los que poseen aún fuerza para querer, deseo de viajar o prosperar. "
“¡Oh!, Muerte,
viejo capitán,
ya es tiempo!,
¡Levemos anclas!”
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