Te ha rodeado el hondo abismo.
La incorruptible y pétrea articulación del viento
expulsó su ancla sin avatares.
El cúmulo equinoccional de la brújula perdida
esa antigua burbuja sin destino
no es más que un espejo desgastando el laberinto
donde el alma es un largo abrazo
recostado en la nación de los pedazos.
Así como cada uno de nosotros
va desgastando su geografía y su silencio
ya no más reposo,
ya no más un todo puerto.