(Para Rodrigo Díaz)
Cual próceres compactos
destructores marchan sublimes
broncíneas mandíbulas en aérea formación
en su tablero de ajedrez de estética ya ritma
la maquinaria naval incorruptible o invencible en sus ladrillos.
Desnudan los libertarios
como reactores que fornicaran
el cielo final que se desmenuza.
Los radares persiguen puntualmente su punto rumbo al blanco .
Una cicatriz de pez raja el cielo en su altitud
y lentas balas se persiguen trazando una red criminal.
El conteo se inicia
todo
el mundo
enterado.