Con qué tristeza vienen almendrales días
desodorando enfermedades y azahares por las calles paneras
rodando ronca rueda de ascensor
olor a cine rotativo chocolate
olor a funicular funiculorum
olor a hijastra sin calzones
olor galleta quemando tizana y menta
vientecillo en las orejas tostadoras
y un molusco en las cadenas llora yodo sin fin llorando
yodados socavan el día los ladridos
terror aserruchando la noche muscular
temblor en las húmedas narices
olor a borbotón de Mayo higo
piernas maduradas en perfume de somier
anticuarios husmeadores lo imaginario
homicidas de química puñal frutal
bodeguero que se clava pituitario
y en todos ellos los aromas se repiten soberbios
como rígidas puntadas de un sastre enloquecido.
(A Patricia Cofré Caro)
