La gaviota va
al mar empapando
de adioses los barcos.
Bajo la estela invisible
al final del hombre
canta, otea
se ba lan cea .
Sobre el paisaje móvil un pensamiento de naves vacías.
Mi cuerpo acoge
el coloquio a bocinazos de los tubos negros
mientras grito voy
y el ancla de amarguras enredadas en mi plumaje
ordena
ven
tocando a veces con los dedos,
la marea azul el cielo,