Para Eitel Thielemann… Si el deseo de vivir engendra nuevas situaciones
entonces la lógica doméstica,
el habitante de la gris sordera
no succionarán la acústica de la sangre paternal
que bebimos al soñar aquel Valparaíso.
y que salpica nutritiva el horizonte.
donde eternos somos, verdaderos,
hasta que la nada perdure…
Por eso me acosan los siglos
y no me duele el universo
sino el oleaje
y todo deviene fluido
mañana y mucho más
y los conceptos
de cuando Abraham mató al cordero y no a Isaac
porque era un crimen
de cuando Einstein curvó la luz
de cuando Jesús,. . . en fin.
Me acosan los siglos hoy
y me retrato
ni espiral ni concéntrico, ni sumo ni resto,
ni asciendo ni desciendo
y si fluyo, por siempre, rompecabezas.
